" En las transmutaciones alquímicas, la fusión es una parte muy importante. La fusión perfecta fue simbolizada por el amor entre Hermes y Afrodita, de quien nació Hermafrodito. En el simbolismo alquímico, el Sol y la Luna son las dos entidades fundamentales que representan el hombre (espíritu) y la mujer (alma) respectivamente. De su conjunción carnal, debe nacer un Hermafrodita, pero debe madurar mediante procedimientos alquímicos. El hermafrodita nace muerto, en estado de podredumbre negra. Desde aquí sucesivos procesos alquímicos lo llevan a estados sucesivos cada vez más cerca de la perfección hasta la "Resurrección de Cristo".".
El andrógeno alquímico aparece como triunfador del dragón de
la vida elemental y, por lo tanto, ganador del cuaternario de los elementos. De
sus dos cabezas, una está gobernada por el sol (razón) y la otra por la luna
(imaginación). Entre ellas se sugiere la estrella de Mercurio (inteligencia,
comprensión, Gnosis). En la mano derecha está el compás (verdad, razón, ansia)
y en la izquierda una escuadra (equidad, sentimiento, moralidad). El adepto no puede darse cuenta del Rebis que después de haber dominado las atracciones elementales. Todo lo que hay en él de inferior, bruto, de bajo instinto debe ser domesticado, antes de que se le permita atraer el Fuego del Cielo para incorporarlo. En otras palabras, se trata de superar la animalidad, para darle al hombre apropiadamente la posesión total de sí mismo."
(Oswald Wirth, simbolismo hermético)
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