La mayoría de las personas cree que lo que ignoran no existe, e ironiza sobre la posibilidad de que exista. Un hombre está dormido contra lo que no entiende. Ningún hombre puede darse cuenta de nada o percibir la existencia de algo que requiere un estado mental consciente superior. Cuando un hombre está dominado por el mundo de los sentidos, la vida aparente, los hechos, los deberes y las fricciones de la existencia diaria, la idea sobre la evolución interna a un nivel superior del Hombre se desvanece en su mente y parece remota y irreal. Estos factores limitantes comunes limitan a la humanidad a su estado. El exterior sofoca el interior. El hombre no vive al más alto nivel de sí mismo. Otro nivel lo está esperando. El hombre no está completo, pero puede completarse a sí mismo. Nada externo puede completarlo, es decir, conducirlo a su máximo desarrollo. Nada de lo que se logra en los nuevos proyectos del mundo, en las regulaciones, en los sistemas sociales, en las regulaciones y otros puede cambiar a un hombre adentro. Solo él, despierto a la Verdad y viendo la Verdad a la luz de la Verdad y ya no a la luz del interés personal y la conveniencia, puede comenzar a cambiar. El hombre puede cambiar solo por lo que ha visto válido para sí mismo y nunca por lo que le dicen.
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