Cuerpo, Alma, Mente y emociones





El carro representa el cuerpo físico.
Las condiciones del carro dependen de la obra de mantenimiento que le presta un conductor inteligente, pero también de la forma en que es arrastrado por los caballos. Dado que las condiciones de nuestro cuerpo físico son fácilmente observables y mensurables, puede proporcionar valiosas indicaciones sobre el grado de dominio que posee el conductor en el conjunto de su tiro.

Los caballos representan las emociones.
En el término " emoción " se incluye la palabra " Movimiento ", es decir, moto, movimiento. Son las emociones que permiten la puesta en movimiento y esto a través del fenómeno del deseo. Aunque los deseos pueden ser muy diferentes, esto no quita que las emociones sean esencialmente un amplio tanque de energía accesible a cada parte de nosotros. Es por eso que, en esta analogía, el caballo representa las emociones: es él quien posee la energía necesaria para tirar el carro, lo que lo hace esencial para la realización del viaje.

El conductor representa la mente.
Las funciones del conductor son, en principio, estas: transmitir al dueño del carro la información que proviene del exterior; escuchar las órdenes del amo en respuesta a la información transmitida. Dominar firmemente a los caballos para guiarlos en la dirección indicada por el dueño del carro y cuidar con inteligencia del carro.

El amo del carro representa el alma, la esencia, el ser superior. Por lo tanto, entendemos lo importante que es el papel de la mente, ya que está destinada a actuar como vínculo entre la esencia y la personalidad (ego), para que ésta pueda expresar concretamente la voluntad del amo en este mundo. La conexión entre el alma y el conductor es la más sutil, es decir, sólo la voz. El escuchar la voz del alma se refiere precisamente a esto: el alma cuesta comunicarse con el conductor, es decir, con el centro intelectual, precisamente porque la conexión es muy sutil.

Esta analogía destaca un elemento muy importante de las emociones: el comportamiento del caballo depende principalmente de la manera en que es conducido por el conductor, lo que significa que nuestros estados emocionales se deben en gran parte a nuestros pensamientos y no a lo que pasa fuera de Nosotros, como estamos acostumbrados a creer.

Comentarios

  1. Excelente analogía. Me recuerdo al Mito del Carro Alado de Platón. Un abrazo.

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